martes, 9 de octubre de 2012

Abuelo Acosta


Las  manos duras por el trabajo, en una de ellas cuatro dedos, según me contaste un chancho te quitó el quinto, un brasero encendido, la olla humeando a un costado de tu banco de madera, aquel pequeño, que parecía no estuvieras sentado, si no sólo en cuclillas, la mesa eran tus rodillas … 

De la olla sacabas  sopa humeante que colocabas en un plato de latón, en una mano la cuchara, en la otra entre tus cuatro dedos... el pan , tenías un encanto especial al tomar las cosas entre tus manos, luego  sacabas unos grandes huesos con carne…lo sostenías entre tus cuatro dedos apretabas tus dientes a la carne y pasabas el cuchillo , aún no sé como no cortabas tus labios … como me gustaba verte …como me gustaban tus pucheros.

Chiquito de estatura, ojos celeste como el cielo, avivabas un poco el fuego, el paquete de tabaco en tu mano …introducías tus dedos pulgar e índice. extraías una cantidad que a tu boca llevabas y comenzabas  a masticar y aunque yo solo tenia 7 años podía ver el placer que te causaba,  tanto como a mí,  verte y estar en ese cálido rancho de piso  paredes de  barro y  techo de paja.

No sabes cuantos recuerdos de ti guarda mi corazón Abuelo Acosta…abuelo que no eras mi abuelo pero lo fuiste aunque no lo fueras.